A la hora de ser monotributista y evitar ser recategorizado o excluido del régimen, una experta señaló que hay varios aspectos para tener en cuenta.
ARCA, ex AFIP, determinó nuevas escalas y valores de referencia para el monotributo. La actualización se dio en el marco de aplicar el IPC de los últimos 6 meses del año, el cual fue del 21%, lo que elevó los parámetros máximos de facturación de cada categoría.
Además, el valor de las cuotas se incrementó en cada categoría. Con estos cambios, el valor más alto que permite facturar este régimen es de $82.370.281,28. Si se supera ese valor, se pierde la condición de monotributista.
Qué tener en cuenta todos los meses para no pasarte de categoría
Carolina Mariana Cabrera, contadora, reveló que hay varios aspectos para tener en cuenta a la hora de evitar pasarse de categoría. Uno de los consejos de la experta consiste en tomar los montos anuales y dividirlos por los 12 meses del año, lo que genera un cálculo aproximado de los valores mensuales que se pueden facturar por cada categoría.
De esta forma, la categoría «A», con un tope de $7.813.063 se traduce en un límite mensual de $650.000 aproximadamente. En la B, cuyo tope anual es de $11.447.046 serían $953.000 mensuales y la K, que es la máxima, cuyo tope anual es de $82.370.281,28 serían de $6.874.000 aproximadamente.
Además, la especialista considera que se deben revisar los gastos, ya que si estos dan señal de que se cuenta con ingresos mayores a los declarados, se puede sufrir una recategorización e incluso la pérdida de la condición de monotributista.
¿Cuál es la cuota más económica del monotributo y qué requisitos pide?
El monotributo más bajo en la actualidad es el denominado «Monotributo social». El mismo apunta a trabajadores informales y emprendedores en situación de vulnerabilidad. La cuota, con los últimos cambios, quedó en $8.358 por mes.
Entre sus requisitos establece los siguientes:
- Tener más de 18 años
- Realizar una única actividad económica
- Contar con un ingreso bruto anual inferior a $7.813.063,45
- Ser propietario de hasta 2 bienes inmuebles, siempre que uno de ellos se encuentre afectado al emprendimiento productivo
- Ser propietario de hasta un máximo de 3 bienes muebles registrables
- No ser profesional universitario en ejercicio de tu profesión como actividad económica
- No ser empleador ni titular de acciones o cuotas partes de sociedades comerciales
- Contar con ingresos que provengan solo de la actividad económica declarada, sin tener en cuenta las prestaciones compatibles que otorgan los organismos nacionales, provinciales o municipales
- Las cooperativas de trabajo (pueden ser antiguas empresas recuperadas que hayan sido traspasadas a los trabajadores y trabajadoras), deben tener 6 asociados como mínimo
Con respecto al monto que se debe abonar, es clave tener en cuenta cómo se conforman los elementos del monotributo social. En pocas palabras, se divide en tres partes: el componente impositivo (IVA y Ganancias), el componente previsional (aportes jubilatorios) y el aporte de la obra social.
En este caso, se toma únicamente como referencia la categoría más baja del monotributo tradicional (categoría «A»). Luego, se analiza cada parte que conforma la cuota de dicha categoría.
En este caso, el estado subsidia el 100% del componente impositivo y previsional, además de un 50% del aporte de la obra social. Es decir, el contribuyente únicamente abonará el 50% de la obra social.
Por otra parte, para los monotributistas que no cumplan con los requisitos del monotributo social, la categoría más baja es la «A». El pago mensual es de $32.221,31. Para aquellos que ya abonen aportes jubilatorios y a la obra social como, por ejemplo, un trabajador en relación de dependencia que también es monotributista, solo pagarán el aporte impositivo.
En este sentido, el aporte impositivo es de $3.633,98, mientras que el aporte al SIPA $11.871,01 y el aporte a la obra social se ubica en $16.716,32. A su vez, cabe recordar que a este impuesto se le debe sumar otros tributos como Ingresos Brutos, tasas municipales (en caso de corresponder), entre otros, por lo que siempre es aconsejable contar con el asesoramiento de un contador público.
Fuente: iprofesional
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