Los activos digitales son protagonistas en los esquemas de inversión de muchas empresas y personas. Lo digital es tan variado que podemos desembocar en distintas cuestiones dependiendo del objetivo o funcionalidad a la que estemos apuntando.
El mundo cambia una y otra vez. Si comparamos el 2010 con el 2021, estamos frente a un contexto totalmente distinto. Antes era común escuchar o alguna vez haber escuchado de coleccionistas de arte o de objetos únicos, pero hoy, con la dinámica de la tecnología, este concepto se ha reconvertido en los llamados NFT y ante ello, cabe preguntarse, qué son y por qué se consideran tan valiosos.
Los activos digitales son protagonistas en los esquemas de inversión de muchas empresas y personas. Lo digital es tan variado que podemos desembocar en distintas cuestiones dependiendo del objetivo o funcionalidad a la que estemos apuntando.
Dentro de este grupo nos encontramos con los token no fungibles (NFT en su sigla en inglés), que son parte de un paradigma que responde al uso de la tecnología de cadena de bloques en distintos ámbitos.
Un NFT, en pocas palabras, es un conjunto de datos que representa una pieza digital única, indivisible, no replicable ni falsificable y donde mediante blockchain la propiedad es comprobable.
Si nos remitimos al concepto jurídico-económico de fungible, se trata de bienes que pueden ser sustituidos por otros fácilmente. El caso más claro es el dinero dado que si yo presto 1000 pesos no me va a importar recibir el mismo billete, sino que el foco se centra en que se devuelva el mismo valor. Al contrario, un bien no fungible es algo que no puede ser intercambiado dada sus condiciones únicas, tal es el caso de una obra de arte que no puede ser sustituida por otra debido a que no serían equivalentes.
En el mundo de las criptomonedas un bitcoin o un USDT es idéntico a otro, pero en los NFT no hay dos archivos iguales y por ende, no son sustituibles entre si. A su vez, una las principales características de un objeto coleccionable digital es que no requiere una verificación externa, como la tendría una pintura o un documento formato papel, dado que existe la posibilidad de almacenar en la blockchain diversos datos que permiten corroborar la propiedad, el creador y la veracidad del NFT.
Es posible que muchos se pregunten que sucede si se copian los datos. Y la respuesta es que no existe un problema ya que si nos vamos al modelo tradicional un artista tiene derechos de autor sobre sus canciones pese a que existan millones de copias; o cualquier persona buscando en Google puede obtener una foto de la Mona Lisa aunque la original se encuentre en el Museo del Louvre.
La persona que adquiere un token no fungible (NFT) posee una representación de valor y de datos que prueban que es propietaria de una obra verdadera y única en su tipo.
En otras palabras, la persona que adquiere un token no fungible (NFT) posee una representación de valor y de datos que prueban que es propietaria de una obra verdadera y única en su tipo. Y ejemplos sobran y no se limitan únicamente al arte, podemos tener un archivo que contenga momentos en imagen o en video, una entrada a un evento, un juego o un contenido de redes sociales, entre otros.
El fenómeno se configura como la respuesta a nuevas formas de atesoramiento de recuerdos, solo que autenticados, digitales y que además poseen su propio valor de mercado por su producción limitada que genera escasez y por lo tanto demanda digital.
Algunos NFT que fueron noticia
- En marzo de 2021, Jack Dorsey, creador de Twitter, vendió su primer tweet en la red social en 2,9 millones de dólares. La publicación, con fecha del 21 de marzo de 2006, decía: «Acabo de configurar mi twttr»
- En octubre de 2020, la NBA desarrolló “Top Shot”, un conjunto de tarjetas coleccionables, las cuales presentan importantes momentos del básquet estadounidense en forma de un corto videoclip.
- El garrochista olímpico German Chiaraviglio lanzó una imagen suya a punto de saltar y la ofrece en forma NFT.
- Una imagen animada de Nyan Cat, un meme de 2011 de un gato volador, se vendió por más de 500 mil dólares.
Una pequeña reflexión
Como dije al principio, la realidad es dinámica y por ello, es necesario mínimamente comprender la naturaleza de los activos digitales. Estamos frente a un contexto en el que las personas y las empresas pueden poseer activos de esta índole en su patrimonio o conseguir ganancias relacionadas con ellos. Y como profesionales en algún momento nos encontraremos con la necesidad de asesorar acerca de como expresar en un balance o declaración fiscal estas cuestiones o que acontece con los derechos de autor si existe un NFT, por citar algunas situaciones.
Es más, corresponde mencionar casos como el de Tesla que dentro de los estados financieros expone sus tenencias de bitcoin, y esto nos lleva a pensar que en un futuro no muy lejano los criptoactivos sean parte de los balances de cada vez más organizaciones.
Fuente: Blog del Contador