Las personas y empresas no sólo pagan más los bienes e insumos, también gastan más en la administración de impuestos, finanzas y contabilidad.
La temida hiperinflación ya golpea en un costado impensado de los precios: los costos ocultos de la administración del pago de impuestos, las finanzas y las obligaciones contables por parte de las empresas, de los que no escapan tampoco las personas.
Mientras que los privados pierden, «en la otra vereda, la inflación es un gran negocio para el Estado, que ve licuadas sus obligaciones», aseguró Humberto Bertazza, del estudio Bertazza, Nicolini, Corti & Asoc.
El tributarista enumeró como sigue los principales 6 costos ocultos para personas y empresas de la inflación:
1. Las personas y familias ante la suba constante de precios
La inflación es un desafío para la economía de las personas humanas, que para sus gastos diarios tienen que hacer una investigación de mercado y comparar los precios de los diferentes negocios, investigación qué no sirve para más de un día y qué, además, tienen la necesidad de abastecerse gastando los pesos antes de que se desvaloricen.
Consecuencias administrativas para empresas
«Las consecuencias administrativas, con sus costos asociados, que se generan como consecuencia de la inflación, implican una ímproba tarea, totalmente improductiva», remarcó Bertazza.
2. Los precios, la remarcación y el Gobierno
- Los precios requieren una permanente tarea de investigación para su adecuación jurídica en razón de las políticas de Precios Justos
- Y tienen costos administrativos de información a los organismos de control, remarcación, ajustes de los programas de facturación, entre otros.
3. Estados contables que no reflejan la realidad
«La suba de precios origina estados contables ajustados por inflación, que no reflejan adecuadamente los resultados, ni para los entes de control, ni para los accionistas, y menos aún para una adecuada toma de decisiones», dijo Bertazza.
Además, sólo se aplican altos índices mensuales, que valen para todo el mes, cuando la variación efectiva se produce diariamente.
Así, no es lo mismo tomar una decisión al principio que a fines de un mes; por ejemplo, en la compra de bienes de uso, pago de dividendos, entre otros.
Qué valores para pagar menos quedaron fijos hace años
4. Los impuestos con valores fijos desactualizados
Los impuestos tienen valores para amortizar o deducir ciertas sumas, para pagar menos, que quedaron fijos en el tiempo; entre otros:
- La posibilidad de amortizar un automóvil afectado a la explotación, con un tope de $20.000 (valor establecido por ley en 1998)
- Monto de los gastos de mantenimiento del automóvil de $7.200 por año (también de 1998), que no alcanza para una carga de nafta, y pretende representar el gasto anual por todo concepto.
- Y en el caso de personas humanas, deducciones como gastos de sepelio $996,23 y deducción por hijo $212.356,37 por año, por ejemplo.
«Estas distorsiones de la realidad impiden medir adecuadamente la capacidad contributiva», advirtió Bertazza.
Las provincias no se quedan cortas en las distorsiones
5. Los saldos a favor en el Impuesto sobre los Ingresos Brutos
«En el Impuesto a los Ingresos Brutos, la mayoría de las provincias hacen de este ilícito recurso de las retenciones y la acumulación de saldos a favor un sistema recaudatorio vía bancos y grandes empresas», consideró Bertazza.
6. Los costos administrativos financieros
Los sectores financieros de las empresas realizan un ingente trabajo, colocando los fondos disponibles, aunque sea por un día, tratando de cobrar puntualmente los créditos y dilatando hasta el último momento la salida de fondos.
«Pagar los sueldos el último día del mes, o el 5 del mes siguiente puede significar para la empresa una diferencia del 1,7% de la nómina salarial», confesó Bertazza.
El Estado pierde pero también gana con la inflación
«La inflación implica una tarea pesada para los diferentes organismos del Estado, con la fijación de precios y el necesario control de su aplicación. La permanente fluctuación de las tasas de interés para competir con las monedas estables. Los ajustes de sueldos y salarios, con negociaciones interminables entre las partes, con huelgas incluidas», afirmó Bertazza.
Aunque señaló que «la inflación es un gran negocio para el Estado, dado que requiere de emisión monetaria, equivalente a un impuesto, no coparticipable. Licúa gastos en aquellos rubros que no se actualizan al ritmo de la inflación, como jubilaciones y sueldos, entre otros.
«También la demora en los pagos a proveedores baja el costo (hasta que los proveedores lo cargan a las futuras licitaciones, y la inflación es una fuente importante para ocultar la corrupción, dado la dificultad de comparar precios en diferentes momentos que van desde la contratación hasta el pago», concluyó Bertazza.
Fuente:iprofesional.