El ajuste de Batakis: por dónde pasarán los recortes?

La ministra de Economía prometió un ahorro superior a los $600.000 millones. Las claves de un plan que ya genera incomodidad en aliados del Gobierno

La respuesta a la pregunta es clave para entender cómo impactarán sobre la economía los anuncios de Silvina Batakis de ayer por la mañana. ¿En qué sectores tiene margen la ministra para llevar a cabo ese ajuste?

La premisa está clara: las porciones del Estado que hayan subejecutado sus respectivos presupuestos ya no tendrán margen para recuperar el «tiempo perdido». Lo que no se gastó, así quedará. Un monto que la propia Batakis estimó en unos $600.000 millones.

Además, mencionó que de ahora en más regirá la concepción de «caja única» en el Estado, con el objetivo de centralizar las decisiones.

Por otra parte, Batakis también dijo que el Estado sólo gastará en función de lo que se recaude. «Las cuotas presupuestarias mensuales que el Ministerio de Economía otorga para hacer la ejecución de erogaciones va a ser acorde con la proyección de caja real». «No vamos a gastar más de lo que tenemos», sentenció. Una definición tan fuerte que a algunos funcionarios les recordó el «déficit cero» anunciado por Domingo Cavallo en 2001.

No fue lo único: Batakis dispuso la extensión del congelamiento de personal a todos los organismos de la Administración Pública Nacional (APN) que, además, recibirá las cuotas presupuestarias mensuales «solamente acorde con la proyección de caja real».

Este congelamiento se dispondrá en todas las áreas del Estado; y no solamente en la administración pública nacional.


El ajuste de Batakis: ¿a quién afectará?
De acuerdo a las planillas oficiales, la obra pública se convertirá en el centro del próximo ajuste.

El Presupuesto actualizado para este año indicaba fondos por $1,5 billones para la obra pública. Al mes de mayo, se habían ejecutado exactamente $400.000 millones. Si se extiende este mismo ritmo al resto del año, permitiría hablar de un ajuste de unos $240.000 anuales.

Esta fue la misma estrategia que eligió Batakis cuando fue ministra en la gestión de Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires y se vio obligada a realizar un ajuste de sus cuentas, en medio del «maltrato» al que lo sometía Cristina Kirchner retacéandole fondos.

Por fuera de la obra pública, habrá que prestar atención a lo que suceda con los salarios de los empleados públicos.

Hasta ahora, los trabajadores estatales lograron un alza salarial promedio del 60%. De acuerdo a estimaciones del economista Amílcar Collante, si no hubiera un aumento adicional, el ahorro para el Estado alcanzaría a unos $100.000 millones.

Hay un capítulo menor a los mencionados, que son las transferencias a las provincias, que si se mantienen al ritmo actual podrían generar un ahorro para el Estado nacional cercano a los $50.000 millones.


El ajuste que no quiere hacer el Gobierno
En cambio, hay todo un capítulo referido a los gastos más importantes que tiene el Estado que no se pueden tocar: los pagos a jubilaciones, pensiones y beneficios sociales (AUH, por ejemplo) que ya están indexados por ley.

Tampoco habrá un ahorro por el lado de los subsidios. Esos aportes están disparados por los mayores costos de la energía a nivel internacional, y los aumentos que se vienen en las tarifas (una parte ya se hizo) apenas sirven para poner un límite al crecimiento de esas erogaciones.

Respecto de los planes sociales -como el Progresar Trabajo- el monto depende de la evolución del salario mínimo, que se arregla en una negociación entre sindicatos, empresarios y el Ministerio de Trabajo.

El ministro de Trabajo, Claudio Moroni, ya adelantó que el mes que viene habrá una nueva reunión para discutir una actualización del salario mínimo.


Las protestas de los estatales
Hugo Yasky, titular de la CTA, la confederación que nuclea a los trabajadores estatales, ya salió a criticar con dureza el anuncio oficial. «Así como se hizo, el anuncio no se va a poder cumplir», sentenció el sindicalista durante la tarde del lunes durante un reportaje radial.

Luego agregó: «Quizá llegó el tiempo de poner nuestro reclamo en la calle».

Hugo «Cachorro» Godoy, otra de las voces en las que se referencian los empleados estatales, ya adelantó que mañana miércoles habrá asambleas entre los distintos organismos del Estado para analizar los próximos pasos.

«Nuestra expectativa era que Batakis se corriera de lo que hacía Martín Guzmán, y eso no pasó para nada», dijo.

Parece claro que los gremios estatales endurecerán su posición frente al Gobierno, al que hasta ahora acompañaron. ¿Se acercan nuevos tiempos en esa relación?

Yasky advirtió que el anuncio de Batakis «no se va a poder cumplir».
Batakis mira a los mercados y teme por el dólar
La disparada de la brecha cambiaria, que se profundizó tras la renuncia de Guzmán al ministerio de Economía, convenció a Alberto Fernández de alinearse definitivamente con el Fondo Monetario. Ese vínculo, a ojos del Presidente y de la propia Batakis, es el único tipo de ancla al que puede aspirar el Gobierno en medio de las tensiones cambiarias.

La primera reacción en el mercado financiero fue más tibia a la esperada por los funcionarios, con un dólar blue que quedó muy cerca de los $270 y un contado con liquidación $6 por debajo de los $300.

No obstante, entre los funcionarios apuntaban que las tensiones deberían aflojar en los próximos días, a medida de que quede claro que el Gobierno va «en serio» por el ordenamiento fiscal y la suba de las tasas de interés.

Fuente: Iprofesional